Junto a su hijo adolescente, y vestido él con un canguro rosa en la entrada de la película Barbie, el mismismo Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau, explosionó las redes sociales, llegando a alcanzar tan solo en twitter, 41 millones de visualizaciones.
La sensación
que ha alcanzado esta película, llamada Barbieland, está rompiendo récords de
taquilla en todo el mundo, y no ha sido casualidad que Trudeau, reconocido
líder mundial del movimiento woke, se hubiese montado como auténtico niño
pijama, en esa ola de aclamación por este filme en particular.
La película de
Barbie, aunque pobrísima en su desempeño filmográfico, no es ni mucho menos una
simple película, sino que tiene una explícita intencionalidad para promocionar
y adoctrinar al público en un sistema de valores radicalmente opuestos a los
tradicionales en cuanto a los roles de la feminidad y la masculinidad, y el
modelo de sociedad que de ellos emerge para establecer la sociedad. ¡Menuda
cuestión!
Sus premisas son
el repudio de los roles de maternidad femenina y paternidad masculina; así como
del rol de esposa y compañera del hombre, como a su vez, la del hombre como
esposo y pareja de la mujer. No existe la cooperación ni la colaboración entre
los sexos para fundar una unión entre ambos, menos aún una familia y sociedad que
de ello emerja, sino más bien solo una guerra dicotómica entre “ellas” y “ellos”,
y como aditamento final y maniqueo, todos los hombres son esencialmente bobos y
malvados, y todas las mujeres son esencialmente virtuosas, seductoras y
autosuficientes. ¡Un auténtico e indisimulado cóctel de ideología woke!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario