Los más efectivos golpes a las
Democracias, ya no se hacen con tanques y militares, sino con la toma y el
secuestro de las togas negras de los Jueces.
* por Juan Ignacio Ibáñez
Cientos de miles de ciudadanos protestan en las calles de Jerusalén, la ciudad santa, de Tel Aviv, Haifa, y todas las demás ciudades de Israel.
Nunca en los
setenta y cinco años de existencia del moderno Estado hebreo, se había vivido
una ola de protestas tan masivas, incluida una sostenida huelga general.
Y no es para
menos: la ejemplar y más genuina Democracia de Oriente Medio, sino la única de
esa caliente región del mundo - está a punto de morir - y por esa razón, sus
valientes ciudadanos están en pie de lucha, en defensa de ella.
Y es que los
más efectivos golpes a las Democracias, ya no se hacen con tanques y militares,
sino con la toma y el secuestro de las togas negras de los Jueces, es decir,
socavando la Independencia y eficacia del Poder Judicial, y así anulando el
funcionamiento del Principio de Separación de Poderes.
Y es así como
en Israel, bajo el eufemismo de una “Reforma Judicial”, la Ley que ha aprobado
en solitario la mayoría parlamentaria del Primer Ministro, Benjamín Netanyahu,
ha dispuesto: suprimir la principal competencia de la Corte Suprema para
controlar y anular los actos del gobierno - lo que en el resto del mundo se
conoce como Judicial Review o Control Judicial del Poder – , eliminar a
los integrantes de la Junta de Selección de Jueces que pertenecían al gremio de
abogados, de modo que el control mayoritario de esa Junta que elige a todos los
Jueces del país, queda solo en manos de los nominados por el propio Gobierno; y
finalmente, la reforma ha dispuesto traspasar la competencia de la Fiscalía
General para nombrar a todo el cuerpo de los abogados de entidades del Estado,
a los propios políticos a cargo de cada entidad, suprimiendo además, el
carácter vinculante de los dictámenes de esos abogados.
Sin duda
alguna, con semejante paquete de reformas, la intención del gobierno de
Netanyahu, es anular por completo todo control y límite jurídico al poder,
quedando así el país, a merced de la discrecionalidad del propio gobierno, que
podrá acrecentar sin ningún freno su poder.
Ante semejantes
acontecimientos, todas las democracias supervivientes del mundo, debemos estar
expectantes del desenlace en Israel, ya que la ultra globalización de hoy, hace
que los apetitos de los políticos de todas las denominaciones, aprendan e
imiten velozmente estos eficaces métodos del nuevo despotismo antidemocrático.