viernes, 28 de julio de 2023

ISRAEL ARDE

 Los más efectivos golpes a las Democracias, ya no se hacen con tanques y militares, sino con la toma y el secuestro de las togas negras de los Jueces. 

 * por Juan Ignacio Ibáñez









Cientos de miles de ciudadanos protestan en las calles de Jerusalén, la ciudad santa, de Tel Aviv, Haifa, y todas las demás ciudades de Israel.

Nunca en los setenta y cinco años de existencia del moderno Estado hebreo, se había vivido una ola de protestas tan masivas, incluida una sostenida huelga general.

Y no es para menos: la ejemplar y más genuina Democracia de Oriente Medio, sino la única de esa caliente región del mundo - está a punto de morir - y por esa razón, sus valientes ciudadanos están en pie de lucha, en defensa de ella.

Y es que los más efectivos golpes a las Democracias, ya no se hacen con tanques y militares, sino con la toma y el secuestro de las togas negras de los Jueces, es decir, socavando la Independencia y eficacia del Poder Judicial, y así anulando el funcionamiento del Principio de Separación de Poderes.

Y es así como en Israel, bajo el eufemismo de una “Reforma Judicial”, la Ley que ha aprobado en solitario la mayoría parlamentaria del Primer Ministro, Benjamín Netanyahu, ha dispuesto: suprimir la principal competencia de la Corte Suprema para controlar y anular los actos del gobierno - lo que en el resto del mundo se conoce como Judicial Review o Control Judicial del Poder – , eliminar a los integrantes de la Junta de Selección de Jueces que pertenecían al gremio de abogados, de modo que el control mayoritario de esa Junta que elige a todos los Jueces del país, queda solo en manos de los nominados por el propio Gobierno; y finalmente, la reforma ha dispuesto traspasar la competencia de la Fiscalía General para nombrar a todo el cuerpo de los abogados de entidades del Estado, a los propios políticos a cargo de cada entidad, suprimiendo además, el carácter vinculante de los dictámenes de esos abogados.

Sin duda alguna, con semejante paquete de reformas, la intención del gobierno de Netanyahu, es anular por completo todo control y límite jurídico al poder, quedando así el país, a merced de la discrecionalidad del propio gobierno, que podrá acrecentar sin ningún freno su poder.

Ante semejantes acontecimientos, todas las democracias supervivientes del mundo, debemos estar expectantes del desenlace en Israel, ya que la ultra globalización de hoy, hace que los apetitos de los políticos de todas las denominaciones, aprendan e imiten velozmente estos eficaces métodos del nuevo despotismo antidemocrático.





domingo, 23 de julio de 2023

DE ESPAÑA PARA EL MUNDO

Una vez acabadas sus elecciones, no se sabe quién será el nuevo Presidente del Gobierno.


Por Juan Ignacio Ibáñez

En la calle Ferraz de Madrid, afuera de la sede central del partido PSOE, cientos de sus militantes estallaban en algarabía mientras ovacionaban el discurso de su candidato, Pedro Sánchez, tras conocerse la obtención del segundo lugar en las elecciones generales en España. Mientras tanto, en la calle Génova, sede del otro partido, el PP, el candidato Alberto Núñez Feijóo, ganador de esas mismas elecciones, apenas y pudo disimular su gran derrota ante la inminencia de la investidura del candidato perdedor, Pedro Sánchez, como Presidente de España para este nuevo periodo.

Esta situación tan paradójica para todos quienes vivimos en el continente americano, nos resulta definitivamente incomprensible y hasta antidemocrática, y ello debido a que nuestros sistemas democráticos y tradición constitucional, son distintos a los de Europa, ya que aquí hemos mantenido la forma de gobierno presidencial y en el viejo continente han cultivado la forma de gobierno parlamentaria.

Desde hace ya más de tres siglos, uno de los grandes debates del constitucionalismo ha sido la preferencia entre estos dos grandes modelos, y hoy en día, luego de estas últimas elecciones en España, vuelven una vez más las discusiones acerca de las virtudes y defectos del presidencialismo y el parlamentarismo.

Sin duda mucho habrá para argumentar, pero a la luz del reciente caso español, nuevamente se pone en realce una de las grandes fortalezas de la forma presidencial, que al someter a votación directa de los ciudadanos la elección misma del Presidente, gana quien verdaderamente ganó la elección ciudadana, y no como en el parlamentarismo, que más bien gana la Presidencia, quien logra conformar coaliciones partidarias en una segunda elección en la Cámara de los Diputados recién electos, como ahora mismo estaría sucediendo en España.

En la forma de gobierno presidencial quien elige al Presidente es el voto mayoritario de los ciudadanos, mientras que en la forma de gobierno parlamentario, quien elige al Presidente es el voto de cada uno de sus parlamentarios.

Los enormes desafíos que debe afrontar un Presidente en el ejercicio de su gobierno, requieren que su autoridad tenga como sustento, una fortísima legitimidad democrática, la cual en el caso del parlamentarismo, muchas veces se pone en entredicho cuando las coaliciones partidarias bloquen al ganador de las elecciones ciudadanas, como ahora mismo parece sucederá en España.

Sin duda alguna, los ciudadanos de todas las democracias del mundo, seguimos tomando nota del curso de estos nuevos e importantes acontecimientos.

PARAGUAY, EL PAÍS DE LOS COLORES

* por Juan Ignacio Ibáñez Pocos países pueden conocerse y comprenderse tanto a través de los colores, como acontece con el Paraguay, un auté...