martes, 20 de septiembre de 2022

CHILE Y EL ESTADO PLURINACIONAL

 


CHILE Y EL ESTADO PLURINACIONAL

“EL LOBO DISFRAZADO DE OVEJA,

QUE NO PUDO CONFUNDIR A LA CIUDADANÍA”


* Por Juan Ignacio Ibáñez

En el reciente referéndum constitucional de Chile, y con una participación récord de más del 85% de sus ciudadanos, los chilenos supieron defender un postulado básico de toda sociedad democrática: el principio de la igualdad de todas las personas ante la Ley y el Estado.

Y es que la propuesta de establecer un “Estado Plurinacional” en Chile, tal cual ya ocurrió en Bolivia el año 2009, reconociendo en favor, únicamente de los ciudadanos que sí sean indígenas, un cúmulo de derechos especiales, privilegios y prerrogativas, tales como el derecho de libre autodeterminación; territorio, gobierno y sistema de justicia propios y exclusivos, entre tantos otros, en desmedro de todos los demás ciudadanos que no sean indígenas, finalmente no caló en el sentido de racionalidad y justicia de los chilenos; que con un contundente 62% rechazaron ese proyecto de Constitución. 

El lobo del Estado Plurinacional disfrazado de oveja, no pudo confundir a la ciudadanía, que se dio cuenta de la intencionalidad de establecer una sociedad segregada por razón de raza, y que por ello asignaba diferentes derechos y obligaciones, dependiendo del color de la piel y del origen de la sangre, indígena o no indígena, y que trataba de encubrir bajo el eufemismo de la llamada “autoidentificación cultural”.

            Es que las personas, dentro de una sociedad auténticamente democrática, no pueden estar sometidas a distintas reglas de juego, de manera que su representación política no puede ser devaluada en aras de maximizar la representación del sector indígena, ni aspirar a tener cuotas exclusivas en las Instituciones que son de todos, y menos aún estar sometidos a un Derecho y a una Justicia distinta.

            Un postulado básico de justicia establece que todos los miembros de una sociedad, sin ninguna distinción, deben encontrarse sometidos a las mismas reglas, es decir, a una misma Ley y al entramado de derechos y obligaciones que de ella surgen frente a la misma Sociedad y al propio Estado, aspecto que es precisamente denostado por el Estado Plurinacional, el cual pregona lo contrario, es decir una sociedad segregada estamentariamente entre ciudadanos indígenas merecedores de más derechos, y ciudadanos no indígenas con menos derechos y además deudores históricos de los primeros.

Como señalara el filósofo Karl Popper: “La igualdad ante la ley no es un hecho sino una exigencia política basada en una decisión moral.” Y la votación mayoritaria y aplastante de los chilenos en su plebiscito, fue precisamente eso que señalaba Popper, una decisión moral y ética de rechazo a ese gran error de la segregación racial que postula el Estado Plurinacional, y que rompe con el gran postulado de la igualdad de todos los ciudadanos frente a la Ley.

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